El pasado sábado concluyó la 37ª edición del Campeonato Sudamericano Pre Juvenil, celebrado en el Clube Curitibano, Curitiba, Brasil.
Este evento, organizado por la Federación Sudamericana de Golf (FSG) y la Confederación Brasilera de Golf, contó con el apoyo habitual de The R&A, siempre comprometido con el desarrollo del talento y las jóvenes promesas del golf sudamericano.
Inicialmente, Venezuela había sido designada como sede para 2024, pero la grave situación política en ese país obligó a trasladar el evento a Brasil.
Aunque el torneo iba a tener lugar en el Alphaville Graciosa Clube, problemas internos en la Confederación Brasilera de Golf y el lamentable estado de los greens forzaron un cambio inesperado, casi inédito.
Finalmente, el Clube Curitibano asumió la responsabilidad y, con éxito, salvó el evento al ofrecer un campo en condiciones para las jóvenes promesas del continente.
En el ámbito deportivo, el equipo femenino de Uruguay terminó último con 682 golpes, 106 sobre par.
Sus integrantes fueron Josefina Aguerre, Nadia Alexandrovicius y Ahytana Martínez.
Perú fue el ganador con 598 golpes, 22 sobre par, en un desempate con Colombia.
Aguerre, quien era la gran esperanza de la Asociación Uruguaya de Golf (AUG), no logró brillar en el Sudamericano. Con un index hándicap de 4.9, terminó los 72 hoyos con 338 golpes, 50 sobre par, tras rondas de 82, 83, 87 y 86 impactos.
Martínez, con un index handicap de 13.6, totalizó 345 golpes, 57 sobre par, vueltas de 86, 86, 84 y 89 impactos.
Alexandrovicius, a pesar de su index hándicap de 19, acumuló 374 golpes, 86 sobre par, rondas de 97, 94, 95 y 88 impactos.
Aunque los desempeños de Ahytana Martínez y Nadia Alexandrovicius podrían considerarse buenos al ajustar sus hándicaps, es crucial recordar que los sudamericanos se juegan “gross” (sin descontar el hándicap).
Esto subraya la evidente disparidad en el nivel de competencia, ya que las jugadoras uruguayas se enfrentan a rivales que marcan un estándar significativamente más alto.
En lo individual, la ganadora fue Alexandra Snyder, con un brillante score de 285 golpes, 3 bajo par.
El equipo masculino, compuesto por Matías Angenscheidt, Martín Silveira y Juan Ignacio Lacordelle, también salió último y registró un total de 647 golpes, 71 sobre par.
Colombia fue el campeón con 580 golpes, 4 sobre par.
Angenscheidt fue el mejor de Uruguay, con un total de 314 golpes (72+78+80+84), 26 sobre par, pero no logró mantener el nivel mostrado en los primeros 36 hoyos. Su index hándicap es de 5.2.
Por su parte, Martín Silveira concluyó su participación con 334 golpes, 46 sobre par, rondas de 83, 82, 87 y 82 impactos. Su index hándicap se ubica en 11.2.
Finalmente, Juan Ignacio Lacordelle, con un index hándicap de 4.2, cerró con un total de 341 golpes, 53 sobre par, vueltas de 85, 81, 87 y 88 impactos.
El ganador individual fue el colombiano Emilio Vélez con 282 golpes, 6 bajo par, rondas de 68, 75, 67 y 72 impactos.
Desalentador balance deportivo
El balance para los equipos de la Asociación Uruguaya de Golf es desalentador en lo deportivo.
Uruguay volvió a dejar su huella, con los menores de 15 años reafirmando su inquebrantable lealtad a “la Celeste”, ese símbolo que jamás se rechaza, aunque para algunos parece haberse convertido en una responsabilidad secundaria.
Las nuevas generaciones honran con orgullo cada convocatoria, a pesar de que los resultados no acompañan.
El desempeño de ambos equipos es un claro reflejo del escaso trabajo que hay en la alta competencia dentro del golf uruguayo y de la falta de iniciativas para promover a los jóvenes talentos.
No existe un esfuerzo serio en el desarrollo de futuros jugadores, y en su lugar, lo que prevalece son excusas, egos y rencillas entre adultos que obstaculizan el progreso.
Si no se toman medidas concretas para revertir esta tendencia, el golf uruguayo seguirá estancado en un ciclo de resultados decepcionantes.
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