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En una jornada cargada de emociones, Rory McIlroy finalmente conquistó el anhelado The Masters Tournament, completando así el codiciado Grand Slam en el legendario Augusta National Golf Club, Georgia, Estados Unidos.
En la edición 89 del primer “Major” de la temporada, el norirlandés alcanzó la gloria en un escenario que tantas veces lo vio sufrir completando los 72 hoyos con 277 golpes, 11 bajo par, rondas de 72, 66, 66 y 73 impactos.
Pero a Rory no le fue fácil vestirse con la icónica “chaqueta verde”.
A sus 35 años, McIlroy venía persiguiendo este título desde hacía más de una década.
En múltiples ocasiones había estado cerca, pero Augusta le fue esquiva hasta ahora.
La jornada del domingo ofreció un guion épico, desde el tee del hoyo 1, Rory partía con dos golpes de ventaja sobre su principal perseguidor, el estadounidense Bryson DeChambeau.
Sin embargo, el arranque no fue el deseado: una mala salida y al cross bunker, un segundo golpe al fairway, un approach errático y tres putts sellaron un doloroso doble bogey.
De inmediato, todo volvió a cero.
En el hoyo 2, otro bunker atrapó a McIlroy mientras DeChambeau capitalizaba el par 5 con birdie.
Ventaja para el estadounidense.
Pero la reacción de Rory no tardó en llegar.
En el par 4 del hoyo 3, DeChambeau optó por un driving iron, mientras McIlroy atacó con su driver.
Con los segundos golpes, el norirlandés dejó su pelota a dos metros del hoyo, y mientras el estadounidense realizaba tres putts, él firmaba un birdie que le devolvía la confianza.
El impulso continuó.
En el par 3 del hoyo 4, otro birdie de Rory y un nuevo tropiezo de Bryson con tres putts.
La calma volvía a su juego.
Ambos ejecutaron con precisión el cierre de los primeros nueve hoyos.
En el par 4 del 9, dos excelentes drivers, segundos golpes precisos y oportunidades claras de birdie.
Rory embocó primero, DeChambeau falló.
The Masters parecía en manos del norirlandés con solo nueve hoyos por jugar.
La sensación se consolidó con un nuevo birdie en el hoyo 10.
El público ya no ocultaba su favoritismo: querían ver a McIlroy completar el sueño del “Grand Slam”.
Pero Augusta no regala nada.
En el par 4 del 11 llegó su primer bogey del día, seguido por un correcto par en el par 3 del 12. Sin embargo, en el hoyo 13, el par 5 más estratégico del campo, McIlroy cometió un error inesperado.
En lugar de arriesgar y buscar el green en dos -algo totalmente posible dada su potencia- eligió asegurar en tres golpes, pero falló en la ejecución.
El resultado fue un doble bogey que sembró dudas.
En el hoyo 14, un nuevo bogey y Justin Rose aparecía en el radar.
El inglés, que había liderado tras 36 hoyos y había sufrido el sábado con el putter, resurgió con fuerza.
Con nueve birdies en su ronda final -cuatro en la ida y cinco en la vuelta-, Rose entregó una tarjeta de 66 golpes (65+71+75+66), para igualar a Rory en la cima con 11 bajo par.
McIlroy aún tenía hoyos por jugar.
El birdie en el 15 trajo oxígeno, pero el putter ya no funcionaba con la misma precisión.
En el hoyo 16, otro intento desperdiciado.
En el 17, sin embargo, volvió a brillar: una sólida salida, uno de los mejores segundos golpes de la semana y birdie a menos de un metro del hoyo.
Con un golpe de ventaja en el tee del 18, Rory sabía que necesitaba una ejecución perfecta.
Lo logró desde el tee con un gran driver al centro del fairway.
Desde 125 yardas, con el sol cayendo sobre Georgia y el público expectante, el wedge fue conservador: demasiado a la derecha, terminó en el bunker.
La sacada no fue complicada, pero Augusta volvió a ponerlo a prueba.
Como en el US Open de 2024, su putter falló en el momento decisivo.
Esta vez, al menos, se garantizó un desempate.
Una segunda oportunidad que no desperdiciaría.
El playoff entre Justin Rose y Rory McIlroy fue tan tenso como emocionante.
Ambos pegaron buenos drives. Rose, desde 153 yardas, dejó su pelota a unos tres metros de la bandera con un impecable hierro 8.
McIlroy, fiel a su confianza, empleó el drive y luego un wedge de 120 yardas.
El resultado fue magistral: un metro al hoyo.
Rose falló.
McIlroy embocó.
Y entonces sí: la explosión de emociones contenidas durante 14 años se desató sobre el green de Augusta.
De rodillas, con lágrimas en los ojos, Rory McIlroy se convirtió en leyenda.
“Es el mejor día de mi vida en el golf. Estoy muy orgulloso de mí, orgulloso de que nunca me rendí. Me enorgullece cómo me mantuve, seguí viniendo, y no dejé que las desilusiones me atraparan”, expresó entre lágrimas Rory McIlroy.
“Estaba nervioso, fue uno de los días más difíciles que he tenido en un campo de golf”.
“Tuve momentos en mi carrera en los que no sabía si iba a poder ponerme esta linda prenda sobre mis hombros, pero no me lo puse fácil este domingo”.
“Este es un sueño hecho realidad. Han sido muchos años de trabajo, paciencia y aprendizaje. Augusta me enseñó a ser mejor jugador y mejor persona. Hoy, por fin, me siento completo”.
Con este título, Rory McIlroy se convierte en apenas el sexto jugador en la historia del golf en completar el Grand Slam moderno, junto a gigantes como Jack Nicklaus, Tiger Woods, Gary Player, Ben Hogan y Gene Sarazen.
El sueño se volvió realidad.
Augusta, finalmente, se rindió ante el talento y la perseverancia de Rory.
Scoring


Los 6 hombres que completaron el Grand Slam:
- Gene Sarazen
The Masters (1935)
U.S. Open (1922)
The Open Championship (1932)
PGA Championship (1922, 1923, 1933)
- Ben Hogan
The Masters (1951, 1953)
U.S. Open (1948, 1950, 1951, 1953)
The Open Championship (1953)
PGA Championship (1946, 1948)
- Gary Player
The Masters (1961, 1974, 1978)
U.S. Open (1965)
The Open Championship (1959, 1968, 1974)
PGA Championship (1962, 1972)
- Jack Nicklaus
The Masters (6 veces)
U.S. Open (4 veces)
The Open Championship (3 veces)
PGA Championship (5 veces)
- Tiger Woods
The Masters (1997, 2001, 2002, 2005, 2019)
U.S. Open (2000, 2002, 2008)
The Open Championship (2000, 2005, 2006)
PGA Championship (1999, 2000, 2006, 2007)
- Rory McIlroy
(desde 2025)
The Masters (2025)
U.S. Open (2011)
The Open Championship (2014)
PGA Championship (2012, 2014)