Hoy habrá elecciones en la Asociación Uruguaya de Golf (AUG).
Las mismas se realizarán en el Club de Golf del Uruguay, institución madre del golf uruguayo.
La política en el golf uruguayo no ha sido la mejor en los últimos tiempos, las Comisiones Directivas de la Asociación elegidas por las instituciones no han estado a la altura de la jerarquía que significa ser miembro del órgano rector uruguayo.
La Comisión Directiva saliente está encabezada por Fablo Faget.
Su gestión no ha sido buena, el actual presidente dejará la presidencia de la Asociación Uruguaya de Golf con hechos realmente preocupantes; pésimos resultados deportivos, mal relacionamiento con algunos jugadores, la pérdida del predio para realizar el Driving Range público, mala relación con padres y madres de los jóvenes uruguayos.
Faget y su Comisión Directiva (Federico Armas, secretario, Alejandro Rivero, tesorero, Víctor García Paullier y Jaime Miller, ambos vocales) no entendieron que ser dirigente es respetar a que otros pueden pensar diferente.
El ejemplo más claro fue la censura a la información de la cual somos parte con el medio especializado en golf de mayor difusión en Uruguay (buengolftour.com fuente Google Analytics).
No poder llegar a la información a través de la Asociación Uruguaya de Golf porque hay una “orden” de los cinco dirigentes (Faget, Armas, Rivero, García Paullier y Miller) de censurar al periodista o al medio, retrocede a las épocas más oscuras de Uruguay en la década de los 70.
Pablo Faget se convirtió en un hecho sin precedentes en obtener un récord negativo en cuanto a resultados deportivos en el sudamericano copa Los Andes en descender como presidente, capitán y jugador en diferentes años.
Como capitán se podría haber evitado el descenso, pero su mal relacionamiento con los jugadores, hizo que terminaran perdiendo partidos dentro del sudamericano que iban arriba.
Luego como presidente, algunos de los mejores jugadores de Uruguay se alejaron de la selección y Uruguay volvió otra vez a descender del mejor certamen del continente.
Federico Armas, secretario de la AUG, sería el nuevo presidente en el período 2024 a 2026.
Hace varios meses empezó a socavar buscando apoyos y despegándose de la gestión de Faget.
Armas debió renunciar a la Asociación Uruguaya de Golf para hacer su campaña hacia la presidencia con las “manos libres” sin afectar al órgano rector.
Faget se habría reunido con el Club de Golf del Uruguay, la institución más importante del golf uruguayo para buscar apoyo de mantenerlo en algún lugar dentro del seno de la AUG.
En abril pasado, Armas junto a Alejandro Rivero se fueron al The Masters Tournament, en Augusta National Golf Club a disfrutar uno de los torneos más importantes del golf mundial, aprovechando su “status” de dirigentes ya que, sin él, nunca podrían haber accedido a las entradas privilegiadas.
Asistir a este tipo de eventos es la principal motivación que parecería tener estos dirigentes.
No se entiende para que quieren continuar gestionando la Asociación Uruguaya de Golf los mismos dirigentes que no han tenido la capacidad de resolver los problemas actuales teniendo como única alternativa el aumento desmedido del costo del hándicap nacional sin explicación alguna.
Alejandro Rivero, el tesorero de la Asociación Uruguaya de Golf quiere quedarse también.
Su aporte dentro de la AUG ha sido mantener las cuentas, pero ideas para mejorarlas nada.
Lo único hasta el momento es la suba del hándicap nacional.
Jaime Miller, uno de los que se va, deja su sillón con ChiMont cerrado, el Club de Golf del Cerro “cerrado a medias” y todo el impulso que se armó por la “escuelita de golf” donde hizo charlas y fue aplaudido, quedó en el pasado, porque cuando se terminó el dinero recaudado (se hablan de varios miles) la realidad fue que no hubo imaginación para conseguir o generar más para que siga abierta y de la noche a la mañana cerró dejando a los niños sin golf.
El quinto miembro en esta directiva es Víctor García Paullier.
El “Bicho” como lo llaman algunos amigos de él, llegó a la AUG por la salida de Ricardo Piria.
García Paullier quien quería ser presidente en este período 2024 a 2026 no ganó la pulseada política contra Armas, pero tampoco tuvo muchas “luces” en el período actual.
Una invitación a pelear en La Tahona Golf Club con un padre de una jugadora expresa que no es la mejor política para ser miembro de la Asociación Uruguaya de Golf.
La llegada de Agustín Leindekar es realmente un paradigma para el golf uruguayo, el ex presidente de la Asociación Uruguaya de Golf, que en otros tiempos hizo una muy buena presidencia, desembarcaría como “vocal” a la que sería la nueva AUG.
Estar en el órgano rector del golf uruguayo, en otros tiempos le costó la amistad con uno de sus mejores amigos, nos referimos a Guzmán Etcheverry Ferber.
Recordamos que Leindekar fue el oponente del hermano de Guzmán, Fernando, quién pudo llegar a la presidencia luego de meses y varias asambleas de clubes gracias al pacto de alternancia.
Con la partida de Faget, llegaría como vocal Marcelo Esmoris, el hombre del “dinero”.
Llegaría con proyectos muy ambiciosos y la chequera disponible para poder capitalizar a la AUG ya que las ideas de los actuales dirigentes no aparecen.
Esmoris fue parte de un movimiento opositor a este régimen, pero sus compañeros se bajaron ya que desde la actual Comisión Directiva le ofrecieron dos cargos para el próximo período y sus compañeros no quisieron saber nada con los integrantes de esta Asociación Uruguaya de Golf pero Esmoris se quedó.
Lo que resulta llamativo, es que quienes deberían elegir a los directivos son los clubes, pero como estos no bancan el presupuesto de la Asociación, sino los que lo hacen son los jugadores pagando el handicap nacional, a las instituciones no les interesa la AUG y entonces son estos extraños y llamativos movimientos de presiones, dinero, viajes, y otros intereses los que llevan a que algunos allegados a distintos clubes se postulen en un paquete armado para que las instituciones simplemente les den el ok.
Lamentablemente, ni a estos dirigentes ni a los clubes les importa que es lo que suceda con los jugadores que nos representan y con el desarrollo del golf en general.
Problemas que tiene que resolver la nueva AUG
Unos de los primeros inconvenientes que tendrá la nueva AUG es resolver que se va a hacer con el Club de Golf del Cerro.
Hoy casi cerrado, por no decir cerrado, totalmente a la deriva con deudas laborales y de toda índole, y el estado de todo el predio, hacen de un problema que nadie quiere y quiso resolver o no tuvieron la inteligencia necesaria para hacerlo resurgir.
Esta AUG apoyó al presidente renunciante quien con ideas totalmente fuera de la realidad quiso hacer algo que fracaso desde el día uno.
buengolftour.com denunció en su momento estas maniobras, pero la Asociación Uruguaya de Golf (Faget, Armas, Rivero, Miller, García Paullier) fue cómplice de lo sucedido en el Club de Golf del Cerro.
El segundo problema con consecuencias internacionales, el proyecto del Driving Range público, que contaba con el apoyo de The R&A y que luego de seis años terminó fracasando por lo que hay que volver a comenzar de cero.
Un tercer problema de cara a las próximas actuaciones internacionales de los equipos uruguayos es la muy poca cantidad de jugadores en las distintas categorías, que tengan nivel para poder competir de igual a igual con los demás países del continente.
Además de los tres mencionados, hay diferentes inconvenientes que surgen en el día a día ya sea a la fijación de cada torneo con canchas en buen estado para competir, conseguir auspiciadores, exigirles a los clubes afiliados canchas a la altura de una competencia digna de este deporte, mayor cuidado de los deportistas cuando son menores de edad, preocupándose por su seguridad y que viajen en condiciones razonables, algo que está molestando mucho a los padres y madres.
En general, un mayor respeto y transparencia de la información de lo que se hace con su dinero a los golfistas uruguayos que son los que pagan la “fiesta” de estos dirigentes.